[...] El agua de la ducha estaba casi hirviendo, pero se sentía genial. El agua cayendo por la espalda mientras se escuchaba a Brendon y Ryan cantando desde la habitación, era algo muy necesario a esa hora de la noche después del día que paso.
Mis dedos ya arrugados indicaban que era hora de salir de la ducha. Mientras cierro el agua, agarro la toalla para secarme y abro la cortina... y solo fueron unos momentos para darme cuenta de lo que pasaba.
Él-: ¡MAMÁ! ¿QUE HACES ACÁ? ¿¡NO TE DAS CUENTA QUE ME ESTOY BAÑANDO!?
Ella sonreía de oreja a oreja, mientras Northern Downpour sonaba de fondo.
Solo unos momentos para darme cuenta...
Después de 13 años, ella volvió a aparecer delante de mis ojos y como si nada, se esfumo. Tan rápido como había aparecido, se fue otra vez.
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